Aunque leer parece ser algo que se hace en solitario, se disfruta mucho más cuando se comparte.
Me gusta comprarme libros, pero también regalarlos. Creo que es algo que hago muy inconscientemente. Llegó aquí sin ningún propósito específico, solo quiero ver que hay. Siento que no tengo que pensar mucho que quiero leer, sé que con pasar un rato junto a todos estos libros, alguno me llamará la atención, hasta podría decir que ellos me eligen y nunca falla, las mejores historias me han encontrado así.
Lo mismo me pasa con los libros que me llevo para regalar. Nunca entro buscando un obsequio para nadie, pero es como si los libros supieran que pueden verme como una emisaria y se me revelan para llegar a su verdadero dueño. Veo los libros y en automático pienso “ese libro es perfecto para tal o tal persona.
Nunca me he resistido a ese impulso de llevarme algo que no será para mí. La felicidad en el rostro de alguien cuando le regalo algo no tiene precio y regalar un libro siempre será lo mejor que podemos obsequiar a alguien más.
