Mucha gente sueña con entrar en sus libros favoritos o conocer a sus personajes favoritos, pero yo creo que eso no es necesario. Que la ficción se quede como tal, es lo que hace las cosas tan especiales.
Además a mi me daría mucho miedo. Me encantan los libros de terror, con situaciones horribles y monstruos inimaginables. Disfruto de la sensación de miedo que me provocan. Me encanta sentir mi corazón latir con fuerza y mi piel erizarse, cuando me concentro en imaginar la situación. Así, cuando dejó a un lado mi libro, me siento feliz de estar en una realidad tranquila, mientras todo el terror se queda atrapado en las páginas, donde no puede hacernos daño.
No hay nada real en las historias que leo y eso me permite disfrutarlas sin preocupaciones. Si pudiera entrar en mis libros de terror favoritos, no sé si sería capaz de soportar el miedo y la tensión que sentiría.
Y eso también es real para otros libros, no solo para el terror. Nuestra realidad quizá no tenga magia y criaturas fantásticas, pero así estamos más tranquilos para experimentar emociones intensas sin tener que preocuparnos por las consecuencias.
La ficción es ficción por una razón y eso es lo que la hace tan especial.