En medio de la cotidianidad del café, con la esperanza como hilo conductor, imaginamos un lugar donde el sabor exquisito del café fresco y recién molido se fundiera con los deleites dulces de los postres más exquisitos. Sin embargo, nos encontramos atrapados en la realidad desalentadora, pues pocos acuden a nuestro establecimiento, y en ocasiones apenas logramos subsistir. Desesperadamente, ofrecemos tazas gratuitas a aquellos que se detienen en la librería, deseosos de transmitirles la experiencia de este café delicioso, sin ningún engaño. Anhelo con vehemencia la visión de un pequeño café lleno de gente, pues desearía con fervor ver cómo esta modesta empresa alcanza la prosperidad anhelada.
Extranjero café, ese pequeño rincón en el interior de la librería de Bajío 156, en la Roma Sur.