En medio del bullicio y la rutina de mi trabajo como agente cultural, he tenido la oportunidad de codearme con las élites intelectuales y buscar entrevistas que nutran nuestras páginas. Es un mundo competido, donde la repetición a veces parece ser la norma. Sin embargo, hoy he vivido algo inesperado y maravilloso, algo que rompe con la monotonía y renueva mi pasión por la labor periodística.
Caminando por las calles de la Roma Sur, en la hermosa Ciudad de México, me topé con una librería de viejo que destilaba encanto y nostalgia. Era la propuesta de jóvenes libreros que, con esfuerzo y dedicación, recuperan miles de libros usados y los devuelven a las manos de los lectores, dándoles la oportunidad de ser apreciados una vez más.
La librería de Librero en Andanzas, ubicada en la calle Bajío 156, es un verdadero tesoro literario. Sus estantes están repletos de volúmenes desgastados por el tiempo, pero repletos de historias por contar. El ambiente cálido y acogedor invita a sumergirse en un universo paralelo donde los libros son los protagonistas indiscutibles.
Pasé un buen rato recorriendo los pasillos, dejándome llevar por los títulos y las portadas que se presentaban ante mis ojos. Cada libro era una puerta a mundos desconocidos, a ideas que han resistido el paso del tiempo y que esperaban ser redescubiertas. No pude resistirme y salí de la librería con una buena cantidad de tesoros literarios en mis manos.
Animada por lo que había experimentado, me comuniqué de inmediato con mi editor, quien se emocionó al escuchar esta historia. Sabía que debíamos dar a conocer la labor de esta librería y el impacto cultural que estaba generando desde un rincón tan pequeño de la ciudad.
No sabemos si esta historia encontrará su lugar en la próxima edición del periódico, pero no quiero quedarme con las ganas de comunicar al mundo el gran trabajo que se lleva a cabo en Librero en Andanzas. Es por eso que hoy, a través de estas líneas, invito a todos los lectores a replicar este mensaje y acercarse a la librería del 17 al 22 de julio.
Es hora de mostrar nuestro apoyo a estas acciones que merecen ser reconocidas y respaldadas. Hagamos que la librería de Librero en Andanzas reciba a tantas personas como lectores hay en la ciudad. Demostremos que el amor por la lectura está más vivo que nunca y que iniciativas como esta merecen ser celebradas y difundidas.
La cultura se nutre de acciones como las que se llevan a cabo en esta pequeña librería. Renovemos juntos el amor por los libros, rescatemos esas historias olvidadas y abramos nuestras mentes a nuevos horizontes literarios