Adentrarse en una librería de libros viejos es emprender una expedición donde cada hallazgo cuenta una historia. Descubre cómo navegar entre susurros del pasado y joyas escondidas.
Yo diría que la disposición a la búsqueda, al encuentro fortuito, define la experiencia en una librería de libros viejos. A diferencia de las librerías de nuevos libros, que exhiben las últimas novedades en la primera mesa que te recibe, o las que organizan sus estantes por editorial o tema, una librería de libros viejos es única por principio. Te recibe con susurros de un tiempo pasado, de despedidas y finales que buscan nuevos comienzos. En estas librerías, los libreros, lejos de ser expertos o pretender ser intelectuales, son personas que, a su modo, comparten el placer de una búsqueda que nunca termina.
Así que debes disponer de un buen tiempo; cualquier cantidad de minutos bien dispuestos es suficiente para ponerse en marcha. Abre bien los ojos, porque en las librerías de libros usados uno se sumerge entre sus pasillos, posando la mirada en los ejemplares ahí dispuestos con la sensación de que algo está por suceder, un encuentro afortunado. Usa calzado cómodo, ya que aventureros y exploradores en sus largas travesías confirman que estar a gusto nos predispone a los encuentros fortuitos.
No desesperes; la calma es una aliada valiosa en la gran búsqueda. Habla con el librero; más que expertos, son guías de laberintos. Ellos saben qué ha llegado recientemente y podrían orientarte hacia las novedades. Los libreros tienen sus propias búsquedas personales, que van creciendo y que comparten entre charlas con las personas que se dan un tiempo para compartir sus intereses.
No escatimes en asombro; la sorpresa y el asombro nos permiten mirar con nuevos ojos lo que pasa desapercibido cuando vamos rápido o cuando solo tenemos algo en mente. Así que disponte a perderte. Las nuevas oportunidades están ahí para quien las quiera tomar; algunos libros se vuelven valiosos, resplandecen, aún con sus lomos desgastados y sus páginas amarillentas, en las manos de quien los mira.
Recuerda que en las librerías de viejo existe un espíritu invisible que lo impregna todo, el espíritu de la curiosidad que premia a la mente atenta. Ve de buen humor; este no es un requisito, pero la alegría del descubrimiento nos predispone a llegar a los lugares que desconocemos. Estos son solo algunos consejos que te puede ofrecer un librero que ha visto pasar a miles de personas por la librería y que comparte desde lo profundo la alegría de descubrir en los libros usados lugares desconocidos.
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