Luis Vargas Rea: ediciones breves para una memoria larga

Luis Vargas Rea: ediciones breves para una memoria larga

1 de agosto de 2025Josué González

Hay editores que no solo imprimen libros: descifran archivos y los devuelven al presente. Luis Vargas Rea fue uno de ellos. En tirajes mínimos, sobrios y muy cuidados, rescató crónicas, relaciones y papeles de la Nueva España y los puso —otra vez— en manos de lectores atentos.

Desde 1943, Vargas Rea lanzó la Biblioteca Aportación Histórica, una serie de ediciones limitadas dedicadas a fuentes coloniales y de frontera novohispana; su criterio era directo: poner materiales difíciles de consultar en formatos legibles, de circulación corta y sin adornos innecesarios. La crítica académica de la época registra esos títulos y su propósito, así como su carácter de tirajes pequeños.

A mediados de los cincuenta activó la Biblioteca de Historiadores Mexicanos, donde aparecieron reediciones, relaciones y estudios breves de valor documental. Estos conjuntos se reconocen hoy en catálogos y fondos de investigación por su sello común: ediciones de ~100 ejemplares numerados, en rústica o pasta sencilla, con tipografía mínima y un aire de cuaderno de trabajo. 

Portadas crema y ocres de libros de Vargas Rea, con tipografía mínima y etiquetas mecanografiadas, alineadas en un estante.
Muestrario de la casa Vargas Rea: rústicas en tela y cartulina con rótulos mecanografiados. Se distinguen piezas típicas de sus series (Aportación Histórica / Historiadores Mexicanos): Reseña histórica de la pintura mexicana, Relación anónima, Diario 1, Crímenes de Zavala, Códice de 1576, Relación de…. Ejemplos de tirajes cortos (~100 ejemplares) concebidos para volver legibles fuentes coloniales.

Logotipo geométrico y leyenda ‘Colección Amatlacuilotl, Editor Vargas Rea, México 1950’ impreso en papel.
Sello de la Colección Amatlacuilotl (Editor Vargas Rea, México, 1950). El nombre remite a amatl (papel) y amatlacuilo (escribano/pintor en papel). Bajo este sello se publicaron títulos como Historia chichimeca y los Primeros memoriales, en ediciones de 100 ejemplares.

En 1950 abrió otra veta con la Colección Amatlacuilotl —el nombre alude al nahua amatl (papel) y amatlacuilo (escribano/pintor en papel)— para publicar piezas de tradición indígena y textos asociados a códices; entre ellos se documentan los Primeros memoriales y la Historia chichimeca (con láminas coloreadas a mano), ambos en tirajes de 100. 

Lo que llevaremos este sábado a San Fernando pertenece a esa estirpe: diarios, relaciones anónimas, crónicas, reseñas de arte y cuadernos sobre códices. Son libros discretos por fuera —papeles crema, rótulos mecanografiados, telas claras— y contundentes por dentro: fuentes primarias que abren puertas. Piezas así raramente coinciden en un mismo puesto y, cuando lo hacen, cambian de manos rápido. Te recomendamos llegar temprano: abrimos a las 10:00 en punto y por la tarde quizás ya no estén las grandes piezas.


Agenda tu visita y llega puntual este sábado 2 de agosto, 10:00 h, al Jardín de San Fernando (CDMX). Pregunta por la selección Vargas Rea y arma tu propio mapa de hallazgos.

More articles

Comentarios (0)

No hay comentarios todavía. Sé el primero en comentar.

Deja un comentario

¡Tu comentario ha sido enviado. Será visible una vez que el dueño de la tienda lo haya aceptado!