¿Qué tesoros pueden esconderse en el lugar más inesperado? Esta es la historia de un descubrimiento que ni nosotros mismos podíamos creer.
Cuando los sacaron de la bodega en donde se encontraban, no imaginaron que esas cajas transportaran materiales tan valiosos. Parecían simplemente cajas viejas acumulando polvo, destinadas quizás a ser ignoradas o descartadas. Pero en nuestro oficio, aprendemos rápido que las apariencias engañan.
El contraste resultaba casi cómico: contenedores humildes que alguna vez transportaron productos comestibles, reconvertidos para albergar ejemplares con encuadernaciones artísticas, ediciones limitadas, y volúmenes que representan periodos importantes de la historia editorial.
"En estas cajas", señalando unas cajas polvorientas de una marca reconocida de sopas, "venían estos libros". El librero muestra los libros en su mesa, tapas duras, tapas de cartoné, lomos bellamente decorados, encuadernaciones holandesas, algunos libros que están intactos, cantos con decoraciones en dorado y algunos folletos.
Eso fue a mediados del año pasado, de esos libros ya solo queda el recuerdo. Fueron catalogados y vendidos. Pasaron por el proceso de limpieza, revisión, investigación de su valor en el mercado y finalmente encontraron su camino hacia nuevos dueños que apreciaron su valor.
Te sorprendería cuántas veces nos ha ocurrido esto, nosotros mismos no damos crédito. Así encontramos verdaderos tesoros. La próxima vez que veas una caja vieja en algún rincón, quizás quieras echar un vistazo dentro. Nunca se sabe qué tesoros pueden estar esperando ser descubiertos, incluso en cajas de sopa.
Comentarios (0)
No hay comentarios todavía. Sé el primero en comentar.