¿Qué cómo lo hacemos? Pues, uno a uno, una pila de libros a la vez, aunque debo ser franco, muchas veces nuestras referencias sobre los libros, los temas y los autores se convierten en referencias visuales del tipo, creo que ese lo vi por ahí, en la pila de los Anagramas, o debe estar en aquella caja que viajará a Guadalajara.
Entre todos hemos desarrollado un lenguaje propio, códigos que solo nosotros entendemos. "Está en la torre de la ventana", decimos, o "búscalo en las cajas del jueves". A veces funciona, a veces pasamos horas buscando un título que recordábamos haber visto hace apenas unos días.
Tenemos algunos métodos, claro. Los libros que sabemos que se venderán rápido los colocamos en zonas de fácil acceso. Los que pertenecen a colecciones específicas intentamos mantenerlos juntos. Pero luego llega un nuevo cargamento, el espacio escasea, y todo vuelve a reorganizarse según las necesidades del momento.
La memoria colectiva es nuestro verdadero sistema. "Luis fue quien procesó esa caja", "María recuerda que esos libros iban para la librería de Álamos". Cada libro que pasa por nuestras manos deja una impresión, una imagen que a veces recuperamos cuando menos lo esperamos.
Y luego está el lugar destinado a los tomos sueltos, que más que un lugar es una promesa. Comenzó como un proyecto, la intención era honesta: darles un vistazo y completar las colecciones en cada visita. Pero, hoy esa promesa no se termina de cumplir y la habitación destinada a tal propósito está llena de piso a techo. Un recordatorio permanente de nuestras buenas intenciones y la realidad que se les impone.
Quisiera decir más, inventar una historia mágica e inverosímil sobre nuestra labor en la bodega, como que los libros escogen su lugar, pero, en cuestión de movilidad, el azar juega un papel más importante que el nuestro, y no es fácil admitirlo. Aun así, de alguna forma que ni nosotros mismos comprendemos del todo, el sistema funciona, imperfecto pero efectivo, como una danza caótica donde los libros, las cajas y nosotros nos movemos en una coreografía que parece improvisada pero que, al final del día, cumple su propósito.
Comentarios (0)
No hay comentarios todavía. Sé el primero en comentar.