En la bodega de Librero en Andanzas, entre pilas de cajas recicladas y senderos laberínticos, el plan secreto de la próxima Feria del Libro se está gestando para llenar de magia el Kiosco Morisco.
En la bodega de Librero en Andanzas, bajo las luces tenues y entre sombras deslizándose sobre montones de cajas, algo se está gestando. La primera impresión sugiere un caos controlado: pilas de paquetes y senderos laberínticos que parecen desafiar la lógica. Pero tras ese orden misterioso, late un plan secreto: la próxima Feria del Libro está en marcha.
Aquí, cada caja reciclada tiene una historia, un viaje. Alguna vez destinada a transportar cualquier cosa, ahora lleva sueños, aventuras, historias contadas con la pasión de hombres y mujeres que tejieron palabras para cómplices que aún no conocen. Los preparativos no dejan lugar para la monotonía, porque entre las páginas de cada volumen, se esconde una sorpresa. Los lectores, esos paseantes ávidos de descubrimientos, se encontrarán con libros que despiertan miradas llenas de brillo y puertas a otros mundos.
El librero, lejos de ser un hombre taciturno y cabizbajo, es un apasionado que comparte un espíritu aventurero. Su andar no es sencillo, pero en cada decisión se nota su amor por la lectura. Imagina esos libros en manos de otros: ellos abrirán sus tapas y se dejarán llevar por historias que cautivarán su curiosidad innata.
La emoción culmina en el próximo destino: el Kiosco Morisco, al centro del parque que lleva su nombre en Santa María la Ribera. Esta joya de arquitectura neomudéjar, diseñada para la Exposición Universal de Nueva Orleans en 1884-1885, fue trasladada a México a inicios del siglo XX. Primero se instaló junto a la Alameda Central, frente al Templo de Corpus Christi, donde albergó los sorteos de la Lotería Nacional. Pero, con el paso del tiempo, el centenario de la Independencia trajo consigo cambios, y el presidente Porfirio Díaz decidió erigir el Hemiciclo a Juárez en su lugar. Así, el Kiosco fue reubicado a su actual emplazamiento, a petición de los colonos de Santa María la Ribera.
En este escenario cargado de historia y misterio, los libros esperan a quienes deseen embarcarse en una travesía literaria. Allá nos vemos.
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